jueves, 29 de octubre de 2015

Autosuficiencia dentro del Desarrollo Sustentable

Autosuficiencia alimentaria en la ciudad


Sustentabilidad en el agro
Sustentabilidad en el agro

La autosuficiencia en las localidades no es más difícil que en el agro. Muchos descampados se pueden convertir en prolíficos huertos aplicando normas de permacultura y labranza ecológica. Además de manufacturar alimentos frescos, pueden servir como recinto de aprendizaje y experimentación para niños y jóvenes y lugar de encuentro con la sensatez de los ancianos.

La Habana, en Cuba, es un buen modelo de cómo es opcional, cuando la urgencia aprieta, exprimir patios y parques para cultivar todas las hortalizas que una gente necesita en un año. En ambientes transigentes, un pequeño ventanal, al que se pueda adaptar fácilmente un semillero, tiene aire suficiente para asegurar las necesidades de vegetales de una familia. Por si esto fuera poco, en muchas poblaciones de Estados Unidos y últimamente también de Europa, se está empezando a acelerar lo que se llama Agricultura Apoyada por la Comunidad.

La representación es simple: un escuadrón de personas encarga a uno o diferentes campesinos de las inmediaciones que produzca comestibles para ellos, a cambio de una cifra de efectivo que estos habitantes entregan al horticultor al comienzo del año. El horticultor vive con ese sostén, sin preocuparse de los trastazos del mercado, y a cambio suministra a esas personas vegetales frescos y verduras cultivadas ecológicamente. 

De esta manera, no solamente es accesible el hacerse de alimentos sanos, sino cualquier otro producto que necesitemos. Lo inicial es solucionar nuestros aspectos básicos de la vida y rebajar nuestras urgencias de tecnología aparatosa, que normalmente lleva implícita una gran masa de costos en su realización. Tras esta primera revisión, podemos enfocarnos en aquello que en realidad necesitamos, entre los artífices de los alrededores, apoyando la producción artesanal y la reducida manufactura.

Los Grupos de Autogestión del Consumo, Gac, como los que existen en varias localidades, pueden ser bastante útiles para instituir afinidades con conjuntos de alfareros y pequeños fabricantes, obteniendo de ellos artículos hechos con materiales sustentables y en condiciones de trabajo justas.

Reciclado y ahorro de energía


Ahorro de energía. Sustentabilidad.
El ahorrar de energía, mediante recolectores solares para calentar el agua, cocinando con el sol siempre que sea opcional, aislando proporcionadamente las casas, utilizando al mínimo los electrodomésticos que consumen demasiada luz, desplazándose mayormente a pie o en su defecto en bicicleta en lugar de usar el automóvil, etc.; el ahorro y limpieza del agua, no arrojando artículos de materia solida ni tampoco venenos por los aliviaderos; el reciclaje constante de la basura, incluida también la materia orgánica propia para realizar compost… 

Todo ello son conceptualizaciones que ahora se están poniendo en marcha por los municipios, sin embargo que están también enormemente lejos del ideal. En permacultura se suele decir que en la naturaleza todo se recicla constantemente, que no existe el concepto de la basura porque los “desechos” de todos los sistemas son empleados por otro.

Nosotros estamos enormemente lejos de esta posición, sin embargo para los aspirantes a experimentar una eco aldea urbana ésto debería ser su principal prioridad. Muchos de los efectos que arrojamos a la basura se podrían llevar a un núcleo de intercambio, que habría en cada suburbio, en el que la gente depositaría las cosas que no necesita y le sobraran en sus hogares, al mismo tiempo que se podría llevar lo que efectivamente sí necesitara. Los núcleos que acumularan demasiados objetos tendrían la capacidad de ceder parte de sus existencias a los demás centros en donde hubiera una demanda más fuerte.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Ventajas de las Eco Aldeas

Una eco aldea es ante todo un ambiente de convivencia con fines de desarrollo sustentable. 


Por ello, es sustancial difundir el conocimiento de eco aldea urbana en una línea que sea posible para todas las personas que viven en una ciudad, cuya voluntad no es comprender nada, tampoco esfumarse al agro, siquiera poblar una eco urbanización. La clave está en reconocer que una eco aldea es sobre todo un lugar de convivencia en el que se comparten cosas, un medio en el que se desarrolla la familia, y que ese medio no es necesariamente, o no exclusivamente, un mundo físico. En definitiva, cualquier grupo de personas que viviendo en un barrio de una urbanización se reconozca como equipo con un objetivo común, con un firme anhelo de compartir cosas (momento, recursos, valores, apegos, etc.) y de marchar en la adquisición de un planeta con vida sustentable, puede formar parte de una eco aldea. 

El conflicto no es que ese equipo tenga que convivir con otras personas de la misma población a la cual pertenecían, el verdadero agobio es que el ambiente urbano lo hemos venido perdiendo progresivamente en servicio de un ente conceptual que rebate a la lógica de la elaboración, la especulación y el provecho del espacio como algo que no se puede extraviar. 

Re apropiarse del sitio urbano, extenderse en la tierra y en los sitios públicos, debería ser la primera ocupación de quien quiera formar parte de una eco aldea. Crear o desposeer a la ciudad espacios para la convivencia, para el entretenimiento y las conexiones, para elogiar juergas y cultos, no obstante incluso para sancionar quebraderos de cabeza y conflictos o lloriquear carencias, es un primer acceso esencial para transformar las ciudades y barrios en eco aldeas sustentables. A partir de allí, se puede llegar tan lejos como se esté dispuesto.

Todo un universo de esperanzas. 


Un cuerpo de personas suficientemente grueso, viviendo en un suburbio de una población, aún puede ejecutar muchas más cosas, casi tantas como su invención se lo permita. Podrían generar una educación sustentable para sus hijuelos en la que se empleara un determinado modelo pedagógico (Paideia, Montessori, Waldorf, etc.). Los encargados de la enseñanza podrían percibir su sueldo en dos partes, dinero por un lado y en especie por el otro, viviendo en el núcleo social, recibiendo la cesta de verduras, utilizando el club de trueque, etc. 

Se podría concebir un núcleo natural de salubridad, formado por especialistas en técnicas de medicina natural y holística, en diversas psicoterapias, en yoga y otras vías de relajación y desarrollo espiritual. Se podrían preparar todo tipo de conmemoraciones, actividades lúdicas y de goce. Se trataría en definitiva de desempolvar la creatividad de la comunidad, de reventar nuestro individualismo, aceptando que el ambiente de la convivencia es difícil, harto de miedos y papelones. Pero no obstante sabiendo que los inconscientes conflictos que surjan son una opción para continuar creciendo y que los beneficios son muchos. Creo sinceramente que tenemos que hallar este umbral, nuestra vida como individuos sustentables está en juego.